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lunes, 27 de diciembre de 2010

Sobre el Bien y el Mal

" Todo hombre, en cualquier tiempo y lugar, nace conociendo la diferencia entre el bien y el mal"( PLATÓN).
Esta maravillosa afirmación Platónica, nos inhibe para siempre de alegar desconocimiento, ignorancia o inmadurez. Por lo tanto, todas las decisiones que tomemos, llevan tácitamente, la carga de nuestra responsabilidad. No nos exhime, ni siquiera la excusa de alegar apresuramiento o necesidad, pues sabemos, a priori, la bondad o maldad, de nuestras decisiones.
Es por ello, sumamente necesario la existencia de principios éticos comunes en la sociedad que vivamos, para poder valorar mas rápidamente el actuar del otro. El bien común, el respeto por la diversidad, la aceptación del disenso, el apego a la ley, el rechazo de cualquier corruptela, la solidaridad, entre otros, son valores comunes en cualquier sociedad medianamente civilizada.
En nuestro sistema democrático, al presidente, se lo denomina PRIMER MAGISTRADO,en referencia al latinazgo MAGISTRUM, que quiere decir, MAESTRO. De tal modo, podemos inferir que la primera carga que acarrea tan alto honor, el ser el primer magistrado, es el de enseñar, el  dar el ejemplo, el guiar a la Nación en dirección de los valores éticos comunes.
Entonces, que pasa cuando ese PRIMER MAGISTRADO decide no aferrarse a dichos valores, cuando decide ser TRANSGRESOR, cuando abiertamente subvierte y desconoce el ordenamiento deseable de una sociedad civilizada? es muy fácil anticiparlo, el ejemplo del magister cunde, y gran parte de la sociedad desconoce la ley, antepone sus propios intereses en detrimento de la solidaridad y el respeto por el otro, y exige, por cualquier medio, el cumplimiento de sus deseos, sin otro límite que su propia satisfacción.
"ROBAN PERO HACEN"
"HAY QUE ENSUCIARSE EN EL BARRO"
"NO SE PUEDE SER PURISTA"
"GESTIONAR PUEDE ACARREAR ERRORES"
Estas frases, entre muchas otras, tratan de justificar el actuar inmoral en la cosa pública, tratando de disimular y suavizar conductas impresentables, no sólo desde lo ético, sino inclusive, pasibles de reproche penal. Aquellos que las avalan, no sólo tratan de justificar el actuar del magister, sino que esconden la propia complicidad, que seguramente aplicarán en su vida privada.
Asimismo, esto trae aparejado, una visión maniquea del actuar, donde al amigo se le justifica lo que al enemigo se le endilga. Y esto es absolutamente inmoral. En una sociedad, no debe existir amigo o enemigo, el límite lo marcará la legalidad de las conductas, "dentro de la ley todo, fuera de la ley ,nada".